Autovisión, ca. 1946 | Técnica: Pendiente | 46.5 x 37
Colección privada
Salvador Salazar Arrué (Salarrué)
Salvador Salazar Arrué es conocido principalmente como escritor, pero como pintor también se destacó por la gran imaginación que dejaba plasmada en sus pinturas.
Por ejemplo, en su “Autovisión”, cerca a 1946, con su rostro de perfil, nos observa fijamente con un ojo que mira de frente y parece despedir luz, como si brillara desde dentro de él y pudiera ver más allá de lo evidente. Bajo una ceja que cruza su rostro y parece la silueta de una montaña, la sombra que rodea el ojo se extiende hacia la oreja, como referencia a las arrugas propias de la edad, pero a la vez; parecen una especie de pintura tribal, como un guerrero listo para la batalla, como si la edad lo hubiera preparado.
Además, las líneas sinuosas de las sombras son similares a las del pelo; son las canas de la edad, pero al mismo tiempo recuerdan olas o agua que corre, en especial, cuando observamos el pequeño caballito de mar en su oreja, que algún secreto le cuenta. Es un retrato que recuerda a un paisaje; una pintura que nos invita a explorar e ir descubriendo sus detalles.