Cuerpos e ideas

En el “Monumento a la Libertad”, realizado por Francisco Zúñiga, se conmemora la constitución de 1950, época en la cual inicia una etapa de desarrollo económico, social y cultural en el país, después de mucho tiempo de represión y dictadura militar. En estos escenarios la libertad se convierte en una práctica que promueve la evolución.


Ademas vemos distintos cuerpos, de sexo masculino y femenino, de manera simbólica. Hay un soldado representandondo el sexo masculino y la libertad representada por el cuerpo femenino. La pose de la figura femenina en el boceto, parece estar celebrando los caminos hacia la libertad de esa época.

La representación del cuerpo es una forma de volverlo simbólico pero además es un medio: lienzo, memoria, registro y expresión personal y social de hechos y situaciones que inciden en el artista como en la población.

La violencia es una realidad cotidiana en nuestro país y se manifiesta estadísticamente más en los hombres, no solo como actores sino también como víctimas, en este sentido la pieza “Líneas de referencia” de Mauricio Esquivel es referencia a dicha situación.

Observamos la “línea de Jakob” tatuada en el cuerpo del artista, ésta es usada por médicos forenses previa a una autopsia, y esta acción puede entenderse como un gesto de preparación y resignación ante una posible situación de violencia que lleve a la muerte.

El uso de los cuerpos como elementos simbólicos en las obras de arte ha existido desde siglos atrás. La aproximación a la sexualidad también puede promover la sensualidad de los cuerpos, como en la obra de la salvadoreña Sonia Melara, la cual es un constante recordatorio de que la sexualidad es una parte cotidiana y natural de quienes somos, de nuestra cultura y de las artes.

El cuerpo no solo es motivo de representación sino de reflexión, pues detona una avalancha de emociones y anhelos; provocando cuestionamientos constantes.

Podemos ver algunas de estas reflexiones reflejadas en las artes, por ejemplo relacionados a la belleza, un tema central en la historia del arte occidental. En la obra “Mi reina ed. 1/8”, Beatriz de León usa tacones unidos a manera de corona de espinas, para comentar cómo los estereotipos y procesos de “belleza” pueden ser un martirio.

O en la obra de Teyo Orellana “Atada 2” donde nos muestra un cuerpo atado por una cinta métrica, como referencia a cómo los estereotipos de belleza pueden atrapar, incluso asfixiar; pero también como el cuerpo puede ser un conflicto en sí mismo para algunas personas.

El cuerpo no solo es motivo de representación sino de reflexión, pues detona una avalancha de emociones y anhelos; provocando cuestionamientos constantes.

Podemos ver algunas de estas reflexiones reflejadas en las artes, por ejemplo relacionados a la belleza, un tema central en la historia del arte occidental. En la obra “Mi reina ed. 1/8”, Beatriz de León usa tacones unidos a manera de corona de espinas, para comentar cómo los estereotipos y procesos de “belleza” pueden ser un martirio.

O en la obra de Teyo Orellana “Atada 2” donde nos muestra un cuerpo atado por una cinta métrica, como referencia a cómo los estereotipos de belleza pueden atrapar, incluso asfixiar; pero también como el cuerpo puede ser un conflicto en sí mismo para algunas personas.

No solo el cuerpo en conjunto, individual o en partes, incluso en formas que pueden referir a este; sino también en gestos relacionados al mismo, puede ser un medio de expresión y reflexión.


Un buen ejemplo es el “performance”, que es una expresión artística cercana al teatro, en la cual se pone escena -en un espacio que no necesariamente es un teatro; y del cual generalmente queda un registro en video o foto-, una acción que busca detonar reflexiones y emociones en un espectador, que en algunos casos puede participar.

En la obra “Serie del desprendimiento” de Alexia Miranda de 2008, ella entra en una sala de exposiciones a quitarse el vestido y los tacones para luego empezar a cortarse el pelo frente al público; luego ponerlo en bolsas de té, que a su vez son puestas en tazas con agua caliente, y que finalmente compartirá con algunas personas del público.

Todo esto se podría interpretar como un ejercicio de desprendimiento del ego del artista al quitarse la ropa y cortar el pelo sin espejo frente al público, pues “interfiere con la noción de identidad personal y pública, ...se despoja de su noción de estética femenina” y en sí mismo es un acto de valentía; pero además una reflexión, cuestionamiento y reacción sobre las ideas de estética personal y social, sobre las acciones y reflexiones que generalmente son íntimas llevadas a un espacio “público”.

Y es que, los conflictos personales suelen ser detonantes de procesos de cambio que promueven la madurez y la evolución en el pensamiento de las personas -y de la sociedad cuando son colectivos-, sin embargo no dejan de ser procesos complejos, y muchas veces dolorosos.

En la obra “Fuente Eterna” de Luis Lazo, la fuente es el corazón desgarrado y desgarrador, que a través de texturas, colores y formas es reflejo de fuerza y motivación eterna, que solo podemos relacionar a emociones tan potentes como el dolor o el amor.

Como referencia al dolor, podemos retomar la obra “Formas de callar” de Miguel Martino, donde lo que parece una mano se tensa y se deforma, con dedos más gruesos como si los músculos se hubieran fortalecido; pero el puño no termina de cerrar como queriendo atrapar algo que se le ha escapado, y solo queda la tensa y deforme mano vacía. Quizás es la referencia a la impotencia y al dolor que implica no poder expresarse.

En esta obra las formas se abstraen, es decir que representan algo de la realidad pero no de manera idéntica, siendo un recurso puede ser más expresivo.

Las formas se abstraen mucho más en esta obra, pues ya no representan algo “real”, sino que son figuras verticales y rígidas de hierro policromado, con ángulos rectos que relacionan entre ellas, y construyen una sola obra.

En la pieza “Figura” de Enrique Salaverría, nos encontramos dos formas casi idénticas con sutiles diferencias, visualmente parecen abrazarse en un eterno giro, y aunque nunca se tocan propician una tensión visual en la cual se complementan.

El cuerpo es reflejo de nuestra vivencia e identidad, pero además es un medio de expresión, representación y reflexión, que nos ayuda a transmitir nuestras ideas y emociones.

Es parte de quienes somos y puede proyectar lo que deseamos ser, como individuos y como sociedad.

Por ejemplo la obra “La danza de la serie homenaje a Matisse”, es una referencia a la historia del arte y una de las obras más conocidas de Titi Escalante, la cual es reflejo de sensualidad y alegría, en la unidad de todas las bailarinas antropomórficas, con lo que podría ejemplificar la convivencia armónica con nosotros y nuestro medio ambiente que deberíamos anhelar, en una libertad desnuda de prejuicios, pues sin importar nuestras ideas y deseos, todos y todas convivimos en esta pista de baile, que es la vida.