Camilo Minero

Nace en 1917 en Analco (barrio de San Sebastián) Zacatecoluca, desde pequeño participaba en concursos de pintura, y estudió casi cuatro años con Marcelino Carballo; en 1935 se muda a San Salvador y vivirá ahí hasta 1957; en ese tiempo estudia en la Escuela Nacional de Artes Gráficas y trabaja en la elaboración de escenografías del teatro Nacional; además fundó la Sociedad de Pintores Jóvenes de El Salvador en 1957, año en el que el Gobierno de El Salvador le otorga una beca para estudiar en el Instituto Politécnico Nacional de México, en el taller de Gráfica Popular hasta 1960.

En esa época el Muralismo Mexicano estaba en auge aún, fue el movimiento artístico más importante de la historia del arte de México y uno de los más relevantes en Latinoamérica. Por lo general los temas que este movimiento abordaba eran relacionados a la historia de la revolución y reivindicaciones sociales para los obreros e indígenas.

Los estudios en México fueron importantes para Camilo Minero, porque inciden de manera determinante en el contenido de su obra y en la construcción de su propia forma de pintar. Minero procura que su obra desarrolle un mensaje ético, pedagógico y social; convirtiéndose en uno de los más grandes exponentes del realismo social en El Salvador, en los años de la guerra civil y décadas previas.

Con su obra retrató el dolor de nuestro pueblo, siendo un espejo de la sociedad de su época. Abordando temas como: La infancia desprotegida, el retrato histórico, las alegorías políticas, el paisaje rural y el paisaje urbano. En sus pinturas destacan los colores cálidos que podemos asociar a cálido clima local, pero además al acalorado clima político de los años sesenta, setentas y ochentas en nuestra región, pues la Guerra “fría”, en Centroamérica y el Caribe se vivió con conflictos muy “calientes” en ciertos momentos.

Es importante destacar que en muchas de sus obras nos encontramos con líneas que atraviesan y cortan la imagen, fragmentándola, mostrando una escena rota; quizás como referencia a la fractura social que causan los sistemas económicos y políticos de esa -y esta- época.

En este sentido, a pesar de que su obra hace referencia a un conflicto social que ya pasó, las consecuencias retratadas por Minero siguen siendo actuales, por lo tanto, su obra no solo es testimonio histórico, sino que se mantiene vigente mientras el sistema, político y económico mantenga las desigualdades sociales.