Libro amarillo
Herberth Cea
Te veo a los ojos y me hablas:
“No sé si viviré mañana,
no sé si llegue al año dos mil,
todo esto debió de haber terminado hace años,
estoy cansado”.
José, esperas que todo acabe
para volver a abrazar a tu madre,
ella espera por ti cada tarde en la entrada del pasaje.
Veo en tus ojos
que sueñas
que después de la guerra viene la paz
Te preguntas, ¿Qué es la paz?
y no sabés qué responder,
¿dime cómo explicas la paz con palabras?
Paso la página y encuentro a Paty,
ese fue tu seudónimo,
tu sonrisa es respirar en medio de fotos personas
/que te miran,
te hablan,
te persiguen
y te preguntan por sus familias.
Paty, sonríe
porque es difícil sonreír en El Salvador de 1980,
porque es difícil creer que este mundo será un lugar mejor,
porque es difícil sonreír con la muerte susurrándote al oído.
Paty, tu nombre se borra al pasar de página
y se confunde con otro que también es tu nombre.
Las páginas pasan
sus caras se confunden unas con otras
que parecen manchas de Rorschach.
¿Dime qué miras y te dirá quien eres?
Páginas transparentes
te marean,
una cara tras otra te mira,
una cara tras otra te nombra
y te llaman.
Miro a Doroteo,
tu hija quería jugar a las escondidas contigo
pero es tu madre quien te busca
y aún pone un vela con tu fotografía.
No todas las páginas son iguales.
mira de cerca,
Mirna se pregunta cómo le dirá a sus cinco hijos
que su padre no estará mañana para finalizar el cuento
/de la noche anterior
ni la partida de ajedrez con su hijo.