El Sueño Luminoso
Krisma Mancía
Mi corazón es un pequeño piélago
enterrado bajo tus pies,
pero tu flecha de luz ha herido mi hombro,
ha seducido mi inmortalidad.
Estoy herida, Benjamín, estoy herida.
Y las diosas como yo son terribles
cuando no hay cura para los sueños luminosos.
¿Acaso no has oído cantar el mar dentro de tu cabeza?
Benjamín, prométeme
que intentarás calmar la furia de los otros dioses,
que me devolverás todas las edades perdidas,
que construirás mi alma con tus manos. Prométeme
que me harás germinar en el centro de la ciudad.
¿Cómo será el ruido de la lluvia cuando cae al revés?
Arriba, me espera la luz. Siento tu proximidad.
Siento el hilo de tu caña de pescar.
Tu anzuelo ha pescado mi boca de mujer pez.
Benjamín, cuéntame,
si los pájaros vendrán a beber
de mi fuente luminosa.