Casa profunda

Mario Zetino

—Por Nidos, de Lula Mena

I

Por este nido
de mi tamaño
que he encontrado colgando en este bosque
en el tiempo de los sueños,
yo reclamo la verdad de esto
y el derecho a volver a este lugar
en el que no hay tiempo,
en el que entro y me abandono a ser mecido
por una brisa tan real como la infancia
y a no tener,
por el instante infinito
de este vuelo con los ojos cerrados,
ni pasado 
ni nombre.

II

 

Cuando mecemos a otro

—una madre a su hijo,

un amado en nuestro abrazo—,

estamos haciendo algo

que aprendimos de la brisa.

 

Porque sólo la brisa sabe mecer a un ser viviente,

porque sólo la brisa sabe tocar   recibir   volverse casa

para los viajeros más cansados.

 

III

 

Debemos entrar al sueño.

—Alexandra Lytton Regalado

 

Debemos entrar al sueño.

¿En qué otro sitio recuperaremos

la corona de oro que unas manos

cuyo rostro no vimos

nos quitaron un instante antes

de nuestro nacimiento?

 

Debemos entrar al sueño.

Debemos quedarnos

lo suficiente

para escuchar esas palabras que tanto hemos buscado.

Para ver resplandecer,

en el cielo 

o entre nuestras propias manos,

esa señal.

 

Debemos entrar,

debemos volver,

debemos decir al cruzar esas puertas

altas como montañas:

“Aquí estoy. 

Reclamo lo que es mío”.

 

Y veremos venir por el camino

a esa persona vestida de blanco,

y esta vez sí, aquí está, su rostro, nítido,

y reconocemos perfectamente esas manos,

que nos coronan

tras una jornada larga como la tierra

y nos dicen con nuestra voz al abrazarnos con

        / nuestro abrazo:

“Llegás a tiempo para la cena.

Te he estado esperando”.

Lula Mena (1974)
Nidos
2019
Intervención artística; fotografía documental
s/m 67 x 100 cm (cada pieza, son tres)
c/m 73.5 x 107 cm (cada pieza, son tres)
Colección de la artista.