Toño Salazar

Toño Salazar, fue un artista que participó en los movimientos renovadores artísticos de Europa a principios del siglo, y en la resistencia intelectual contra el nazismo. Salazar se encuentra entre los célebres retratados por Henri Cartier-Bresson.


Algunos de sus grabados forman parte de la prestigiosa colección de Gudiol de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, al lado de otros de Picasso y Miguel Cavarrubias. Alfonso Reyes, Luis Cardoza y Julio Cortázar lo recuerdan como un renovador del género de la caricatura. Sus ilustraciones forman parte de la gran exposición de homenaje a Rafael Alberti en el Museo Reina Sofía de Madrid.

A sus 23 años, Toño Salazar realiza su primera exposición en la Librería Universal, lugar en el que colgó treinta y nueve caricaturas de personajes salvadoreños y extranjeros, y una autocaricatura.

Salazar debutó en la revista La Falange con una caricatura de un colombiano, y a lo largo de su vida le hizo decenas de apuntes y caricaturas, en las que a menudo aparece con la fisonomía de un caballo.

Muchas de sus caricaturas de esta etapa se encuentran en los archivos de El Universal, periódico que a finales de 1921 anunciaba la incorporación de Toño Salazar a su equipo editorial y creo una sección para colorear a cargo del caricaturista y además trabajó para Rufino Tamayo en el Museo de Antropología.

En el tiempo que estuvo en París aprendió a hacer con cada personaje una narración. En sus figuras están condensadas sus manías y destrezas. Sonríen, sueñan, trasuntan alegría y libertad. Para ello, simplifica los contornos más complejos en unas pocas líneas, otorgándole al conjunto una verosimilitud insólita. Salazar llamaba a esto el “disparate”.


Consideraba a sus caricaturas no como dibujos cómicos, sino como una extrema exaltación donde cada cosa sale del recuerdo con la marca que ha dejado en la memoria. Luego de cuatro meses de su llegada a París, Salazar publica en Comedia, el primer diario de la vida artística parisiense.

En su estancia dentro del periódico La Razón, siguió creando nuevos proyectos, como las ilustraciones a todo color de “Alí Babá y los Cuarenta Ladrones”. Además de eso le siguieron una serie de adaptaciones de cuentos ilustrados por él mismo que se publicarían en dos planas del periódico.


Con el tema de la guerra en Europa en auge, Toño satiriza sobre las expediciones del ejército italiano y cuando las tropas nazis ingresaron a París, su trabajo se volvió más intenso, por lo que todas las semanas publicaba planas enteras de caricaturas contra Hitler, Franco y Mussolini.

Toño nos invita con sus dibujos a no tomar las cosas demasiado en serio, bebía de todas las fuentes posibles y creaba y recreaba su tradición personal. Así mismo, durante estos años escribe sus memorias, ilustradas por él mismo en un periódico de la capital, así da a prensas un centenar de caricaturas que conservan su genialidad, aunque a primera vista resulta como una continuación del estilo de París.

Toño Salazar es un artista con una obra tan abundante y una vida tan intensa en la que él mismo, no solo como artista, sino como filósofo, diplomático y humanista barrió muchas distancias, destacándose internacionalmente con las caricaturas de innumerables personajes de países como México, Argentina y Francia, y más tarde El Salvador.


Estos 60 años de obras definitivamente han dejado una huella marcada dentro de la historia artística de El Salvador y contribuyen a ser un ejemplo en esta área y en las futuras generaciones de caricaturistas.