La pandemia COVID-19 ha ejercido un impacto significativo en el mundo, demostrando cómo los gobiernos y las sociedades pueden ser tanto responsables como opresivos en sus esfuerzos para controlarla. También ha acelerado los efectos de la tecnología en la sociedad, modificando drásticamente nuestras identidades en una época digital.
En un ambiente de múltiples crisis geopolíticas, el planeta también enfrenta una crisis climática provocada, entre otros motivos por la extracción desmesurada de recursos naturales para la producción de estas tecnologías modernas, como smartphones, turbinas eólicas y vehículos eléctricos. Este expolio afecta también a las comunidades indígenas que viven en las áreas donde se encuentran las minas, siendo a menudo desplazadas y obligadas a perder sus formas de vida tradicionales, cultura y conexiones espirituales con la tierra.
Esta exposición es una síntesis de conversaciones realizadas en los últimos tres años entre Oscar Pérez, Mauricio Esquivel, Edwin Soriano y Enrique Alarcón representadas por dispositivos escultóricos, artefactos, dibujos y fotografías desde sus distintas localizaciones (Tamanique, Zaragoza, Calle al Volcán, Atlanta, Nueva York), un periodo en el que el contexto forzó la creación de burbujas de convivencia y contacto personal limitado, en el que se ampliaron las comunicaciones por medio de dispositivos móviles y los desplazamientos se realizaron bajo una extraña sensación de extinción en donde la especie humana siendo parece desplazada del planeta al no existir las condiciones adecuadas para la vida.
Nos olvidamos de procesos de interacción con el medio ambiente que consideramos primitivos, provenientes de nuestros ancestros quienes tenían una relación más simbiótica con sus entornos naturales y de los cuales a penas existen ahora ruinas o esqueletos fósiles.
Con las piezas presentadas hacemos a su vez pequeños guiños de esperanza como el que se encuentra en “Magnetismo” que forma parte de la obra escultórica de Edwin Soriano (La ciudadela) en la que se destaca un comentario realizado por Benvenuto Chavajay donde comenta que nosotros (nuestra región) debemos escuchar más a la piedra, sugiriendo que nuestra filosofía de vida aunque marcada por la post colonización y el pensamiento occidental, puede rescatar valores de nuestra cultura ancestral.